domingo, 14 de noviembre de 2021

El peón Vargas y la pata

Ilustración: Khalo P'hum

En Ascope se funda el llamado Fundo “La Victoria” se crea por el año 1846, cuando en el Perú acontecía el Primer Gobierno del Mariscal Ramón Catilla. En estos terrenos se levantó una casa desde la que se llevaba la administración de los terrenos de cultivo, así como de la crianza de animales domésticos útiles en las haciendas de esos tiempos. Una historia se despierta en este histórico terruño, historia que fue contada por una señora muy conocida a quien la recuerdan con el apelativo de “la Profesora Kucha”.

La profesora Kucha a la derecha.
Juntos en su hogar, fundo La Victoria, ateniendo a turistas

Entrada principal al fundo

El fundo tenía sus trabajadores a quienes se les llamaba peones. Hubo uno llamado peón Vargas y siempre bordeaba en sus labores por la laguna que este fundo tenía. Contó él que, como cualquier día de trabajo, vio una pata. Admirado, tomando su poncho fue ante el ave y la cubrió, para luego golpearle con la palana una de sus alas. Fue sorprendente para el peón Vargas observar que esta pata se convirtió en una mujer desnuda que le dijo: “Si tú no me delatas, yo te daré mi suerte”. Con el tiempo el peón, estuvo muy inquieto con lo que había ocurrido, hasta que un día decide contárselo a su patrón el señor Rodulfo Carranza González a quien se le llamaban “El Colorado” …

Pasado un tiempo; una noche de luna llena, alrededor del año 1960 cuando yo tenía 9 años de edad, dos de mis hermanas se fueron a mojar los pies a la misma laguna ubicada a un lado de la casa. Vieron a una pata blanca que revoloteaba sus alas jugando con el agua. No era común ver aves a esa hora pues lo que se sabe es que descansan en plena noche. Mis hermanas fueron a avisar a mi papá. Mi papá asustado siguió a la pata que echó a volar, le apuntó con su arma y le disparó. La pata fue cayendo, para posteriormente aparecer una luz brillante que logramos fijamente apreciar.

Desde entonces mi papá decidió secar la laguna, con el temor que posiblemente si no lo hacía pues podrían venir brujas.

 

Por. Sra. Esperanza Carranza Díaz (Profesora “Kucha”)

 


Nota: Este relato es el primero que llevo a cabo de manera póstuma a una gran señora que en el año 2019 tuvo a bien apoyar la cultura y el turismo cuando ocupé el cargo de Jefe de la Oficina de Turismo en la Municipalidad Provincial de Ascope. Una dama a quien llevaré en mi memoria por siempre.

Ilustración: Khalo P'hum